CULTURAS ANTIGUAS


Culto
En los textos de las pirámides es posible leer fórmulas mágicas para evitar la mordedura de las serpientes. Los sacerdotes y los escribas hacían profesión de la magia, actividad lucrativa que podía llevarles hasta los cargos más elevados porque el faraón gustaba de rodearse de magos. Cuando éstos le presentaban algún portento, aquél les colmaba de regalos. En la Biblia, se les describe a su servicio a propósito de Moisés y de las plagas de Egipto. El secreto del mago consistía en estar en connivencia con un dios, y en conocer las palabras secretas capaces de obrar prodigios. Se cuenta que Satni-Khanois, hijo de Ramsés II, era un mago sin rival en el valle del Nilo. De él se dice que gracias a la intervención de un anciano misterioso llegó a adquirir el libro de Thot, guardado en un cofre séxtuple y custodiado por terribles monstruos.
Las representaciones de la divinidad estaban tomadas del escenario maravilloso en que se desenvolvía su vida. Para ellos, el Sol, tan poderoso como necesario, era la manifestación más espléndida del Creador. Habituados a viajar sobre la aguas del Nilo, representaban al Sol en una barca. Con ella atravesaba durante el día el océano celeste, y durante la noche bajaba por un río desconocido y misterioso para visitar el reino de los muertos. Al amanecer volvía por Oriente.
El Sol era también un halcón que cruzaba el espacio (Horus), un escarabajo y el ojo derecho de algún dios, mientras la Luna era el ojo izquierdo, etc. Ra (el Sol) fue el dios principal durante el Imperio Antiguo y se le rindió culto en Heliópolis, en el delta. Su fama se extendió pronto por todo el valle y los reyes de la V dinastía le construyeron un templo espléndido. Shou era el dios de la atmósfera, que sostiene el firmamento. Thot, dios lunar, recibía culto en el Egipto Medio y era representado con cabeza de ibis.